EL OFICIO DE REPARAR LA HERIDA
El entusiasmo con el que Florencia pinta es peligroso y ella lo sabe.
La pintura, me refiero al material -el óleo y el pincel- y me refiero al procedimiento, la toma de la mano y la lleva la lleva la lleva.
Y pinta a las apuradas. No porque quiere acabar o pasar a otra cosa, sino porque la invade una fuerza por descubrir la imagen que es más grande que ella.
Flor nunca dice que el pincel es un arma con filo, aunque lo pinta más de una vez clavado en el pecho, clavado en la mano, clavado en la espalda, clavado en el pelo trenzado. Esa es su manera de adorar la herramienta punzante y si bien el gesto es salvaje – pensemos en la pintura donde una palma de mano es atravesada por la herramienta- la intención parece más la de expresar un profundo agradecimiento. Me parece semejante al tatuaje: son heridas hechas con la otra mano.
Los rostros que pinta son más aún su fondo; quiero decir que detrás de todos los ojos hay una voluntad que busca salir a toda costa y un secreto que pide a gritos protección y compañía.
Y la pintora protege, acompaña y sale una y otra vez.
Texto por: Emilia Naistat.
Las enigmáticas imágenes de Blas Vidal recuerdan las fotos o dibujos geométricos de la microscopía de algunas células, de los microorganismos presentes en el cuerpo humano, que flotan en un fondo oscuro. Fondo que habla del universo, del negro mas profundo que pueda imaginarse, del que vemos, según dicen los astrofísicos, el infinito de infinitos. Así, a través de sus obras, cuerpo, alma y universo no cesan de interrogarnos.
“Sideral II” tiene una apertura que comunica ambos mundos, interno y externo, habla de la importancia de lo exterior en lo interior y viceversa. Si la evolución química del universo aparece ulteriormente en nuestros mismos huesos, estamos hechos de polvo de estrellas. La relación entre dichos espacios está en un continuo fluir en la mente.
Según Freud, fantasía y realidad conviven en una continuidad cuyos límites a veces son inciertos. La realidad humana los transita sin interrupción.
Como en una puerta giratoria viajamos de un mundo a otro, ambos descubiertos por la mirada curiosa, imaginativa y creativa del artista. Pasaje de una búsqueda que desea ver y saber sobre el cuerpo, sus zonas inexploradas, sus enigmas y sufrimientos. Lo ignoto del cuerpo.
Y del más allá del cielo, el infinito, en el que planetas, galaxias, estrellas son vistas por un particular telescopio espacial que intenta espiar y descifrar su vida.
El formato pequeño nos empuja a acercarnos a la obra y sumergirnos en una experiencia estética, como el cuadro de las tres cabezas hundidas en el mar de lo desconocido de “Ejercicios de Inspiración”. Experiencia que nos hace ver lo maravilloso y lo ominoso. Sentimientos opuestos, aunque relacionados dinámicamente, siendo una la superación del otro, y bases del sentimiento estético.
Cuando los astronautas dan un paseo por el espacio no deben perder la visión de la nave que actúa como referencia señalándoles que aún están bajo protección. Así funciona la mirada de la madre en los primeros pasos del niño. Artificios para poder seguir un viaje evitando errar sin dirección ni destino.
El lápiz actúa como esa nave-madre que ofrece el soporte para dar curso a una fantasía que emprende una experiencia artística, y destaca la importancia del dibujo como esencial en ese peregrinaje.
Las obras “Ejercicios de Inspiración” expresan la iluminación del espíritu y como su mismo nombre lo dice son el soplo de vida.
El cuerpo de obra desemboca en una belleza poética que recuerda los versos de Ted Hughes en “El Toro Moisés”
“…fue como cerrar los los ojos de pronto
y mirar dentro de mi cabeza.
Estaba negro como el trasfondo de las estrellas.”
Por último, quiero recordar que toda actividad creativa implica una dimensión misteriosa que escapa a nuestra comprensión. Algo que Blas Vidal capta y transmite a la perfección.
Dra. Patricia O’Donnell
Médica Psiquiatra y Psicoanalista. Miembro de la APA y de la International Psychoanalitic Association.
Hugo De Marziani
Nace en 1941, La Plata, Argentina. Estudió dibujo y grabado en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata, durante los años 1956/58. En el año 1974 viaja a Italia y Francia. En 1975/76 se radica en Milán, Italia, por Beca de pintura Francesco Romero , Fondo Nacional de las artes y el gobierno de Italia. En 1984 obtiene la Beca Guggenheim Memorial Foundation, para pintura Latinoamericana. En el año 1985 se radica en New York,U.S.A.
En el año 1990 obtiene el Gran Premio de Honor de Pintura, LXXIX Salón Nacional de Artes Plásticas, Argentina. Año 2005, Primer premio Municipal de pintura, Bs.As.-